¿Que son los modismos?
En principio, y dado que cada profesión, cada forma de vida, tiene sus modismos, su vocabulario propio, si pretendemos dar vida a un individuo determinado, debemos informarnos acerca de los términos específicos, léxico y sintaxis, con que se expresaría dicho personaje para no cometer deslices que hagan menos creíble el relato.
Los personajes poco ilustrados utilizarán frases más bien cortas, unidas por conjunciones. Pocas veces usarán oraciones subordinadas, tenderán a servirse exclusivamente del indicativo, e incluso es posible que transgredan algunos tiempos verbales, que digan «si no habrías venido» en lugar de «si no hubieras venido», por ejemplo. Su vocabulario será más bien limitado, y con cierta frecuencia se servirán de muletillas e interjecciones varias que insertarán en mitad de una frase. Por el contrario, si los hablantes son unos eruditos su habla será más ampulosa, y más exacta. Usarán términos de su profesión, utilizarán correctamente los tiempos verbales y su vocabulario será amplio y variado.
Si en una conversación se incorpora un personaje que hable con un acento determinado, extranjero o defectuoso, por ejemplo, esta diferencia nos permite originar una serie de conflictos, escenas nuevas que reconduzcan el relato y que sin ese acento particular no hubiéramos podido desarrollar.
Algunos ejemplos de modismos:
¿Que son las jergas?
El aspecto de las jergas, el de las hablas marginales, es más complicado. Decía Raymond Chandier que sólo hay dos tipos de jergas aceptables para el escritor: «el slang que se ha establecido en el lenguaje, y el slang que uno mismo inventa. Todo lo demás es propenso a pasar de moda antes de alcanzar la imprenta». Y agrega: «Tuve que aprender norteamericano igual que si hubiera sido un idioma extranjero. Para aprenderlo, tuve que estudiarlo y analizarlo.
Como resultado, cada vez que uso slang, coloquialismos, lenguaje malicioso o cualquier otro tipo de lenguaje no convencional, lo hago deliberadamente.»
Un ejemplo perfecto de jerga inventada puede ser La naranja mecánica, donde el autor, partiendo del vocabulario ruso crea el nadsat, la lengua juvenil que hablan los pandilleros de la novela. Burgess introduce tan bien el nadsat en su novela, de una forma tan paulatina, y con un contexto tan esclarecedor que uno apenas necesita mirar el glosario que incluyen algunas ediciones del libro para comprender su significado.
Algunos ejemplos de jergas:
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